EROS Y PSIQUE

En un día frío de enero, un dubitativo mar del atardecer golpeaba los límites de la luz:   

-Fue una odisea quitarme los estrechos pantalones porque se enganchaban en las hebillas de las botas altas, y me caí tres veces, pero mi determinación era firme: debía bañarme en el mar; cuando conseguí desnudarme, recogí, una a una, mis ropas, descoloridas y rotas, que se ofrecían como náufragos al borde de la playa.

-Después de sacudirlas, las pose, como a un pájaro herido, en una piedra solitaria; me adentré decididamente en el agua; molestos granos de arena cosquilleaban en mis pies, pero no me quite las botas: 
-"Bastante me ha costado desnudarme con ellas para que en un momento de debilidad mande todo al traste" -me dije-. 

-Un chucho sentado y altivo, en la orilla, con el  cuello erguido, me observaba pálido e indiferente.

-Sentí mucho frío, el nivel de agua, cada vez más alto sobre mi piel, actuaba como un serrucho que me seccionaba en dos, pero seguí profundizando en el mar hasta que se mojaron mis hombros desnudos, ahí paré.

-Seguidamente comencé una extraña danza, que consistía en chapotear, en aspa,  con las manos, la superficie inquieta del agua; cerré los ojos, inspiré y mis pensamientos se solidificaron en tres pasillos entrelazados:

Primer pasillo: Eros y Psique

Segundo pasillo: *****

Tercer pasillo: En un día frío de enero, un dubitativo mar del atardecer...