lunes, 23 de noviembre de 2015

EL TREN NO PARO VI

ARRIBA

Al amanecer, el Sol comenzó su huida y disparó al azar. 
Como bandolero de dos pistolas, con brazos como aspas, inició su salvaje baño de sangre
El Sol, a su vil paso, dejaba desolación, humo y esquirlas.
Entre las rendijas de la persiana, esquivando los pesados cortinajes nocturnos, el Sol iluminó, sin compasión, a dos cuerpos inertes que yacían entre castillos y sábanas 

¡Oh, Sol violador con cara de niño! -era la madrugada-.  

Yo, con ojos como arañazos y mirada de sicario que se ha equivocado de víctima, entreveo, en el espejo, una homicida cuchilla traspasando mi cara

ABAJO

Al "el Viajante" agazapado, en sombra, detrás de la maleta que se disuelve como plomo fundido, piensa: "Debo de ir a buscar mi tren" 

Con su billete pagado en una mano. Y en su mano mala el equipaje, que arrastra a hurtadillas por pasadizos y andenes oscuros, busca la vía de su tren, y espera; cuando el tren llega y para, Al entra, y por pasillos estrechos llega a la puerta de su compartimento. 
El revisor lo ve, alarga una mano y dice a Al: "¿Me permite?" 
Al le da el billete y dice: 
"Me llamo Al"
El revisor comprueba el billete 
El revisor mira a Al y le dice:
"No, no, este tren no es el suyo, Al, porque no es la vía, o quizás no sea la hora, no lo sé, busqué y pregunté, el suyo, no es este, de eso estoy seguro, Al, quizá partió hace tiempo, salga y cambie su billete, o busque su tren"
"Ahora, Al, lárguese, que este tren está a punto de salir" 


Al "el Viajante" sale a trompicones del tren. Siente disparos, se agazapa detrás de la maleta. Saltan esquirlas. La maleta se está fragmentando. Al corre a la sombra. piensa: "Debo de ir a buscar mi tren" 



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