Un señor mayor, muy mayor, Pedro Reis, de unos 80 años de edad, cruza el vestíbulo corriendo. Va tras el sonido de un teléfono. El locutorio se encuentra al final del pasillo -en los altavoces ha resonado su nombre-. Tiene que atravesar el pequeño vestíbulo y pronto oirá a su hijo.
En el vestíbulo de 3,00 x 3,00 m, hay un sofá amarillo, un espejo y un galán.
Aposentados en el sofá, repantingados -más podría decirse- dos jóvenes acaban de hacer el amor, o lo están haciendo, la velocidad de los acontecimientos no permite mayor definición.
-Más me gusta como alargas el momento -dijo él.
-Ella mira a sus ojos, mira fijamente y parece que en ellos ve el mar.
-Tengo que empujar la barra antipánico -dijo Pedro-. Tras la puerta, cogeré el teléfono, responderé a la llamada. Oiré, sin interferencias, la voz de mi hijo que me dirá que ya puedo volver a casa, que cometió un error y que nunca volverá a dejarme aquí.
-Él no sabe –cómo podría saberlo- que me ha tocado la lotería, que tengo dinero suficiente para hacerle feliz, a su mujer y a sus hijos, mis amadísimos nietos, durante muchos años, toda su vida.
- Papá, papá, ¿me oyes?
- Papá, tienes que quedarte un mes más, compréndeme
- Papá, papá, ¿me escuchas?
-Silencio
-Silencio
Pedro Reis encendió un mechero y quemó su boleto premiado.
Aunque, en realidad, no fue Pedro Reis quien encendió el mechero.
ResponderEliminarTe felicito! Un super texto!!! Un derechazo al estomago, y sin poder contener una lagrima... "la voz de mi hijo que me dirá que ya puedo volver a casa, que cometió un error y que nunca volverá a dejarme aquí" Qué difícil es envejecer y mucho más cuando se hace en soledad y crueldad
ResponderEliminarBesossssssss
Me ha echo llorar al leerte porque esto lo he vivido tantas veces
ResponderEliminarMas de veinte años trabajando en ellas y es una pena!!
Mi madre falleció hace siete años y mi padre sigue con 89 añitos conmigo
Detesto las residencias..a dia de hoy sigo cuidando ancianos
Gracias por compartir esta grán realidad
Abrazos Victoria