EL
ORADOR: LA CUARTILLA
Para ultimar los detalles, volví a leer la
cuartilla, me miré las suelas de los zapatos y zarandeé el nudo de mi corbata a
rayas; apreté fuerte el pomo de cobre y lo giré. Atravesar el umbral no fue una
labor de valientes, sólo necesité dejarme llevar como un niño que se desliza por un tobogán.
En la sala vacía mis pasos retumbaban, oía mi
respiración acompasada con los planos de luz que proyectaban las intermitentes
grietas del muro -adornos del devenir-; mi sudor caía sobre la moqueta.
Sentí que en el suelo algunas gotas rebotaban como canicas, comprobé que no
provenían de mí, sino de más arriba, de la geometría de la lluvia. La tarima
estaba al final del corredor del auditorio y allí me tenía que dirigir.
No llego -dije-.
No llegaba, el espacio elástico alargaba distancias, mis pasos se acortaban y
mis suelas se deslizaban, no sobre la superficie húmeda del suelo: sobre el
tiempo. Un fluir de formas y sombras envolvía una atmósfera sub-acuática y mi
mente esparcía distancias en burbujas apiñadas luchando por llegar a la
superficie, que disolvía en oscuros rincones olvidados lo más áspero de la
textura de la angustia. Así en el suelo, como en el techo, los recuerdos
amenazaban con romper la membrana y eran zombis tras la puerta.
Me vi andando, arrugado, cabizbajo y rígido
En un solivianto de esquinas y mudanzas, mi mano
mala, trémula, comenzó a martillear el aire con el borde de la cuartilla,
sentía que a cada golpe se oscurecía parte de mí, en un Fade out
irreversible
Tropecé.
Tropecé con el escalón de la tarima. Volví en mí. Pensé:
"Todo llega a su fin, Aquiles agarró la tortuga". Pronto me
encontré subido en el estrado -mi pálida
cara, aquellos ojos, aquellos fantásticos ojos...¿?-. Me sentí cansado, muy
cansado. Y me tumbé. ¡Sí!, me tumbé de lado. Apoyé mi cuerpo sobre el codo
derecho, y, sin pensar, puse mi córnea a ras de suelo. "Queridos amigos – dije-, hoy quiero
hablar de: EL REPTAR DE LA MIRADA" y comencé a hablar espasmódicamente.
El brazo izquierdo
libre, revoloteaba al compás de mi disuasorio discurso, de mis intimidatorias
palabras, intencionadas palabras, absurdas palabras
Varias hormigas, un ratón de ojos saltones y un
gorrión, componían el ciento por ciento de mi audiencia. Escuchaban atentos o
al menos eso creía, bueno no: las laboriosas hormigas estaban concentradas en dirigirse
hacia no sé sabe dónde, ya que se movían en círculos en un especie de
espiral de la muerte; El ratón, apoyado
en sus cuartos traseros, prestaba atención sólo a rascarse las orejas, aunque a
veces, levantaba un trozo de queso con sus patas delanteras y lo roía con
rapidez; el gorrión, que ora picoteaba el suelo, ora daba leves saltos en círculo
parecía haberse olvidado de sí, y era
los tres y solo uno, y el discurso. Mi incapacidad por hacerme entender buscaba
una complicidad en la mirada de esos seres, una forma amiga, algo que me pudiera
resolver, aunque sólo fuera desde ciertas perspectivas, qué hacía yo ahí y cuál
era el sentido de todo esto, de la mirada. Apoyé mi cara sobre el suelo,
abrí ampliamente la boca, cerré un ojo y
puse cara de escopetero de feria, fijé mi punto de mira en la cuartilla,
que, en ese momento, caía y planeaba en el aire como vuelo de plumón; la
seguí hasta que, lentamente, se posó en el suelo; desde mi mirada, rastreadora
y perfilada, la cuartilla parecía una inmensa y suave capa de hielo. Tanto las
hormigas, como el gorrión y el ratón, al ver la cuartilla en el suelo, dejaron sus
quehaceres, y se dirigieron hacia ahí. Por sus gestos, ademanes, signos y
miradas – crueles miradas, devoradoras, criminales y obscenas- pronto entendí: “¡Quieren
-dije-, comerse la cuartilla!, ¡van a comerse la cuartilla!
¡NO LO PERMITO! –dije-. ¡NO
LO PERMITO! –repetí.
Los animales dijeron a
la vez: ¡VERÁS TU, SI LO PERMITES O NO!
No me entretuve en
disquisiciones filosóficas. Cuando pasaron cerca de mi boca. Me comí a TODOS.
ÑAM! ÑAM! ÑAM!*
Han pasado ocasos. Tumbado
en una vieja hamaca, balanceo la digestión más larga de la historia. En noches
como esta, sigo hablando con mis animales –ahora son míos-. Los liberaré
el día que me digan por qué me comieron. Decidme animales: ¿POR QUÉ ME
COMISTEIS?
En un teseracto de cuartillas:
Un gorrión
Resuelve miradas
brinda al ocaso
No estoy seguro de entenderlo
ResponderEliminary menos que el gorrión brinde ( iba a poner: plegarias atendidas)
Plegarias atendidas, es el título del libro no escrito de T. Capote (bueno, parte hay escrito)
Eliminar"Mas se derraman lagrimas por plegarias atendidas que por las no atendidas" Maria Teresa de Jesús.
Quedaría:
Un gorrión
Resuelve miradas atendidas,
brinda al teseracto
Joder! me he equivocado, y queda mejor.
Eliminarintenté analizar el hecho de mirar, y me vi perdido en pasillos - como entonces-. Sin una solución posible
Plegarias atendidas, es el título del libro no escrito de T. Capote (bueno, parte hay escrito)
Eliminar"Más se derraman lágrimas por plegarias atendidas que por las no atendidas" Maria Teresa de Jesús.
Quedaría:
Un gorrión
Resuelve plegarias atendidas,
brinda al teseracto
Quién es quién.
ResponderEliminarNo sé y cada vez me alboroto, unas líneas, un quehacer, una sombrejuela, un pedestal, un erratio* erratio. a wandering, roving about.
Eso es!
Un wandering soy en un "Quién" sin encajar del todo
Me fuí, hasta ahora
ResponderEliminarMi incapacidad por hacerme entender BUSCA una complicidad [...] en esos seres, una forma amiga, algo que me PUEDA resolver la pregunta, aunque sólo SEA desde ciertas perspectivas, qué HAGO yo AQUÍ y cuál ES el sentido de todo esto (buscar el límite de la ataraxia - el medio es incapaz de hacer hablar coherentemente- para que la mente salte por los aires)
ResponderEliminarTodo queda co-
Eliminarmo siempre: El aullido
del lobo está Bluffff!
Me voy a correr
Eliminarsobre la nada que es mi grito de siempre
salpico la página, las letras, y el reptar
La luna me seguirá y cojeré al aire con mi delantalito de nardos
ResponderEliminarGolpes de pies oxidan el asfalto, no así su intrincada respiración. Dirán ellos (los transeúntes)
EliminarInvalidada respuesta de la nada,
ResponderEliminaren un take off de mortajas
resolveré versiones - de mi yo-
Mi perfume impregna la habitación de dotaciones vacías
EliminarMe voy ya (en un fade off de respuestas)
nihil
jajajaja....no debería de comentar........me siento apabullada por esos comentarios tan geniales.........sera que la luna ha hechizado al Sr. Menteinvisible......WOW !!!!!......me de puntillas.....sin hacer ruido....en el silencio de la noche.....
ResponderEliminarUn beso.