Vuelvo, no me acostumbro a mi escombro que tambalea,
no quiebra sombra que no esconda putrefacción
Sigue la luna y el horno,
el silencio y la fosa,
Hoy he medido la amplitud del hueco ,
que enmarca los límites del hombre, 2 x 1 m
su volumen es subjetivo, depende del rendimiento,
por regla general.
.
te leí anoche cuando estaba rindiendo cuentas con ese 2*1 del hueco desde un hospital, panorámica telúrica cuando tu tinta horada los significados como los bufones y me carcajea encima el escalofrío invertadro de los poseidos, joder, tan cerca de la mar y de la serpiente, del ocaso y el amanecer, tan dentro de la montaña y de los trazos de hollín que una pintura incendia en el olvido de los rostros que se enclavan hueso y arquitectura y se hacen miles de historias en la herida del antebrazo, y me pregunto quién eres, cómo se cierran y se abren tus manos, en el hocico de un perro o de un vaso de DYC o en el tacto de las algas, y me recuerdas a un Artaud punky y a un cuidador de lobos, alguien que no puede existir nunca en la urbe sino con lo Invisible, sino es como el vengador, tan pegado a la muerte y al ardimiento de lo vivo.... a veces creo que no existes de verdad que el detrás de tus poemas, esconde, al éter, a una extraña criatura que nunca se la puede mirar del todo.
ResponderEliminarNunca supe quién soy. Diría que el yo que quiere explicarlo es distinto del yo que lo grafía. Me siento, inspiro humo y el cigarro ilumina mis labios, me observo, pero observándome pierdo muchas características, tampoco vale la memoria, no quiero definirme por mis límites, aunque la imagen de un paraguas chorreando agua en una comisaria se acopla a lo que quise decir, pero escrito ya no me vale; una borrachera, un escándalo y dormido en un paso de cebra, son partes inestables de mi. Soy un querer ser, o mi admiración por lo que vi. Estoy ciego y no sé quién soy. Admiro y siento y quiero, pero no soy. Siento 5 años y un día. Mi pena. Un abrazo Mareva, tengo miedo.
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