viernes, 27 de noviembre de 2015

EL TREN NO PARÓ IX


«Romeo puede ser un ave y Julieta una piedra. Romeo puede ser un grano de sal y Julieta puede ser un mapa», «¿Es que Romeo y Julieta tienen que ser necesariamente un hombre y una mujer para que la escena del sepulcro se produzca de una manera viva y desgarradora?».
El Público, García Lorca


El hombre desnudo juega con las teclas del ordenador:

<<Venidos a materializar dos opciones, dos ideas, dos "devenires", no solo coloqué dos marbetes: Arriba y Abajo, con el fin de indicar la clasificación de un efluvio dual de formas que emergían (dolorosamente) de mi -rara avis- mente, sino que perseguí que cada uno de los subconjuntos creados por los elementos que cumplían las características inherentes a cada uno de los marbetes fuesen representados por un protagonista (Arriba: el Pistolero, Abajo: la Mujer Blanca) 
Ahora, con el fin de que el espíritu de la inercia de sus características sienta su identidad, he mandado distribuir espejos en algunas escenas: 
-¡Es tiempo de distribuir espejos! -dije-. 
Pero no, hoy no me interesa el reconocimiento de sus formas, sino las interrelaciones virtuales entre ellos, sus mundos intersectos*>>
PISTOLERO (una sombra quiebra los límites de una habitación blanca, y su sonido es como una ola que balancea y balancea)
PISTOLERO:  [...] No me temblaron las pupilas de la misma manera que tiemblan las del asesino al ver a su víctima. Recuerdo el momento que la vi como una expansión de magma, un desbordamiento de personalidad. 
[...] Un cuchillo, una soga y una pistola del calibre 22, navegaban entre toallas, ropa sucia y cremas bronceadoras, en el interior de mi mochila negra, el día que la conocí

MUJER BLANCA (Tela de gasa ondea sobre su cuerpo. Sus pies desnudos no tocan el suelo y como un suspiro, como un espectro blanco con olor a sándalo, cruza oblicuamente la escena, y se posa al lado del pistolero) 

PISTOLERO: [...] Ella se acercó, y con un cigarrillo en el borde de la boca, envolvía palabras que yo no entendí, palabras que eran demasiado grandes relacionadas con el tamaño de sus labios. Me pidió algo que no oí, pero al chasquear su dedo gordo, desató en mi una nerviosa carcajada (Tal vez yo estaba buscando sus puntos vulnerables, puntos en los que el cuchillo deslizara con más rapidez)

MUJER BLANCA: El me mintió en su blog y me había dicho que tenía menos edad; el verle me dejó ciertamente perpleja, pero por la naturalidad de su sonrisa  y sobre todo por su olor a fruta, él me cautivó, supe desde su primera mirada que iba a follar ese mismo día con él, en ese mismo instante, si él me lo pedía

PISTOLERO: Con esta víctima lo estaba haciendo mal. No tenía mucho tiempo, notaba que yo estaba dando una imagen de timidez nerviosa : mi miraba que no se concentraba en sus ojos -indicio de inseguridad y ocultación  de sentimientos-. Mi actitud podía desenmascarar mis intenciones -malas intenciones-. Mis ojos golpeaban los rincones de la plaza vacía buscando un lugar ajeno y oscuro. Quería estrangularla impunemente. No lo vi, hasta que al girar la cabeza, al compás de una ligera brisa con olor a heno, vi unos baños públicos y sentí un escalofrío. Inconscientemente me di cuenta que iba a ser el lugar del crimen. Miré a sus redondos e innumerables ojos galácticos, elevé mi brazo malo, señalé a los baños públicos.. Como invitándola a ir allí.  

MUJER BLANCA: El hablaba poco, pero después de ligeras dudas y algún devaneo, sentí que me había leído el pensamiento, me miró a los ojos, e intuí que quería follarme, ya. Acepte su muda invitación, y me dirigí  a la estructura cúbica que sobresalía en un lateral de la plaza, me quité las bragas en señal de conformidad y se las dí

PISTOLERO: Mi excitación y el calor, me hicieron perder la sensación de realidad por breves momentos, sentí como las gotas de sudor resbalaban por mi cara, y al coger el pañuelo blanco y sucio que ella me ofreció, lo estrujé fuerte contra mis sienes. Después lo tiré al suelo. En ese mismo instante cambié de idea: En vez de ahorcarla la iba a dar cuatro tiros: uno directo en la uñas, dos en la sien derecha, y otro como dice la canción, el que mas dolió...

MUJER BLANCA: El comenzó a tatarear una extraña canción, realmente, desafinaba, cantaba realmente mal, la brisa del Siroco que hasta entonces había sido casi imperceptible, se intensificó de tal modo que doblaba los troncos de los abedules de la plaza y se alejaba del sonido de la canción como las miasmas se escapan de un cuerpo inerte; solidariamente con el viento, mis ganas de follar se escaparon y se deslizaron de mi tan rápido como las llamas de la hoguera se alejan del madero que las nutre. Decidí irme, dije:
"¡Me has quitado el calentón, jodio, qué mal cantas! ¿No te aguanto, me voy!"
Eso enfureció hasta tal punto a Él, que sacó una pistola del calibre 22 de su mochila y me mató "Pum.Pum.Pum". Estos tres sonidos son los últimos que oí en vida. Mi último pensamiento fue:
"El cambió de opinión en ciertos temas genera exagerados cambios de actitud, desde luego hay gente que no debería salir de casa, ya que no aceptan una negativa por respuesta"

FIN DE LA DAMA BLANCA
Tela de gasa ondea. Unos pies desnudos, que no tocan el suelo, sostienen un bello cuerpo como un suspiro, que vuela y se eleva, se eleva, se eleva...
FIN DEL PISTOLERO
Una sombra, quebrada entre pared y suelo, balancea un cuerpo empalmado. Balancea y balancea. Rota y balancea.


Si no hubiera sido por ellas, habría abandonado todo esfuerzo. Aquellas sirenas constituían el único factor estimulante en la situación. El agua era agradable, el cansancio era agradable... Pero las sirenas me atormentaban. Desde mi impotencia, las maldije. Decidí nadar hasta donde no pudiera oírlas más, y una vez allí, en el silencio de la niebla amiga, entregarme al sueño... De vez en cuando me adormecía, pero el lamento de las sirenas volvía a despertarme implacable. —¡Esas malditas sirenas! ¡Esas malditas sirenas! —exclamé en voz alta una y otra vez.
Dashiel Hammet

2 comentarios:

  1. -Sirenas-
    Aún sin "La décima pista" ella siempre supo que él no era Ulises.
    -Teatro bajo la arena-
    dónde "hay que excavar un túnel bajo la arena para extraer una fuerza oculta", sacar esa fuerza y esconderse en el túnel para no tener que exclamar: ¡¡¡que mal cantas, joío!!! y ¡¡qué feo estás con esas bragas en la cabeza!! Pim, Pam, Pum.
    La dama blanca- la que tanto se eleva que llega a la estratosfera-.
    El pistolero- el siempre empalmado-.

    Besos

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  2. O esto otro:
    Pistolero- "Usted cree que yo soy un hombre y usted una mujer. Eso no es verdad. Yo soy un cazador y usted algo que ha estado corriendo delante de mi". (Dashiel Hammett)
    Dama blanca- "----------"

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